jueves, 12 de marzo de 2009

PARA QUIENES ES EL DOGO ARGENTINO?

Tener un DOGO. Como?

Primero hay que evaluar diferentes cosas:

*Si tenemos espacio suficiente para el animal.
*Si lo vamos a poder mantener como corresponde.
*Si vamos a tener tiempo para educarlo.
*Si somos concientes de la fuerza que tiene un animal tan grande.

Con esto quiero decir que, si desidimos tenerlo tenemos que ocuparnos de él.
Sociabilizarlo para no tener problemas de que muerda o se pelee con otros perros.
Saber que nosotros mandamos, nuestra familia, (marido mujer niños) y despues esta el perro en la jerarquia.

Es preferible darle un buen castigo a tiempo que llorar despues. Si nos llega a gruñir no le tenemos que tener miedo y lo tenemos que reprimir ese acto, con un grito de NO y unos chirlos fuertes que le duelan, con un cinto rama, algo. Con esto que no se entienda que el que le pega un golpe es un maltratador, cada cual sabe como actua y porque lo hace.
A esta raza le gusta el campo, hacer ejercicio, ir a cazar.
Tenemos que ver si vamos a tener ganas de sacarlo a correr aunque sea 2 veces por semana, o llevarlo donde halla bastante verde para que juegue y corra.

Si tenemos chicos y queremos esta raza. Y hacemos las cosas bien en educarlo, no vamos a tener el mas minimo problema, al contrario vamos a tener miles de recuerdos del animal con el niño.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Videos de Dogos y cacerias

Videos


VIDEO DE UN DOGO EN UNA PRUEBA DE TRABAJO.









miércoles, 26 de noviembre de 2008

Angel o Demonio...





Desde cachorro se manifiesta apacible, y hasta algunos que no conocen la raza, lo podrían tildar de apático, pero nada que ver, es un animal jovial que no es inquieto ni alocado, alegre y expresivo de sus sensaciones con su particular movimiento de cola describiendo círculos, para agasajar a quienes quiere, con su saludo, para luego, si lo acarician, empezar a besa las manos o con lamidos, y ya con más confianza, estos lamidos se extenderán a nuestro rostro para saludarnos. Tiene buena memoria y sabe recibir órdenes, es constante y dúctil, paciente y valiente, se adapta bien a la familia y convive con ella, si esta lo hace participar en juegos y entretenimientos.
Es un perro de ladrar poco como la mayoría de los perros de caza mayor, lo hace frente a situaciones desconocidas para él, o frente a agresiones de extraños, donde ladra vehementemente, o sea que ladra cuando tiene que ladrar, no porque ladra el perro del vecino, y cuando sucede algo grave, manifiesta un ladrido rítmico y constante. Muchos quedan asombrados por la resistencia que tiene esta raza ante situaciones que le causan dolor, golpes, heridas, inclusive fracturas, raramente expresan el dolor que sienten y si su dueño no se da cuenta en atenderlas a tiempo, puede tener consecuencias lamentables.

El dueño de un Dogo Argentino, como en la mayoría de los perros grandes y fuertes, debe ser una persona segura de sí mismo, imperativa y dominante y en lo posible amante de la actividad al aire libre o en el campo, que le guste frecuentar el río o la playa, no sólo en vacaciones. Lo importante en todos los casos es inducirlo a la sociabilización ya sea con personas u otros animales, desde los primeros momentos.

El dogo no es un perrito para vivir en un departamento, ni en un canil separado de la familia, sí se puede adaptar a una casa con cierta superficie de terreno y que su dueño se tome el trabajo de hacerle un poco de ejercicio de acuerdo a su físico.

Este perro tiene que ser sociabilizado de cachorro y su educación no debe ser realizada con violencia y malos tratos; tampoco estar encadenado ni alejado de la familia, sólo estaríamos potenciando convertirlo en un perro huraño e irascible, modificando su esencia y convirtiéndolo en un perro incontrolable y no querido.


El no dejarlo jugar con los niños de la familia, de cachorro, y separarlo y atarlo, puede ser tomado por él como un aislamiento, o un castigo, al no dejarlo participar en juegos y no conocer sus razones podemos afectar también su psiquis, ya que él en todo momento quiere participar y nos busca, entonces démosle el gusto, caso contrario, si piensa en aislarlo, elija otra raza.


Las otras caras del Dogo Argentino


Cuando oigo hablar del la utilidad del Dogo Argentino, como siempre que se trata de un perro especializado en una labor concreta, parece como si despreciaran sus otras posibilidades, como si fuera de lo que es la caza y su entorno no hubiera lugar donde ubicarlo.


Para cumplir con eficacia su cometido cazador, el Dogo Argentino posee una serie de características físicas y psíquicas, potenciadas selectivamente mediante gimnasia funcional generación tras generación, que han dado lugar a un fenotipo concreto. Pero dicho fenotipo no es tan exageradamente limitado por su especialización como algunos pueden llegar a pensar. El Dogo Argentino puede mostrarnos diversas caras.

Como perro familiarHabiendo criado durante años diversas razas de utilidad, no puedo dejar de establecer ciertas comparaciones que faciliten mi exposición. Y cuando hablo de criar lo hago desde el prisma del "criador de sofá", es decir, los perros habitan familiarmente mi casa y son educados en severas normas de convivencia, pero también son "consentidos" en esa íntima relación de abrazo y caricia que autentifica y relaja. Pues bien, los Dogos Argentinos me recuerdan mucho a los Boxer por su dulzura, su sensibilidad y su deseo de agradar. Son comparativamente menos "revoleras", más controlados y comedidos en sus acciones dentro del hogar, menos explosivos en sus manifestaciones emocionales. Además resultan menos infantiles, como si su neotenización fuera menos marcada, aunque su umbral de paciencia con los niños es también muy alto. Es decir, el Dogo Argentino es absolutamente recomendable, con la seguridad de acertar.

Como perro de guardaSi la primera pregunta de quien se interesa por una raza canina físicamente poderosa versa sobre cómo se porta en casa, la segunda se refiere a su disposición como guardián. Entendiendo la guarda como actitud nata en algunos perros y no como un instinto, podemos afirmar que el Dogo Argentino bien canalizado puede llegar a ser un eficaz guardián. Todos los ejemplares que he tratado mostraban desde muy jóvenes una actitud de desconfianza clara, pero no exagerada, ante la aproximación de un posible intruso. Pero al faltarle ese punto de reacción histérica propia de otras razas, resulta relativamente fácil inhibirla si la reprimimos o la frustramos. Por el contrario, si la motivamos metódicamente, esa actitud se traducirá en un comportamiento adecuadamente fijado, lo que, unido a su valor y tenacidad, dará como resultado una utilidad como guardián absolutamente fiable. Cabe destacar que muy pocas razas poseen el equilibrio que presenta el Dogo Argentino entre su actitud de guarda y su comportamiento como perro familiar, dos aspectos que, como muchos tristemente conocen, suelen ir uno en detrimento del otro.


Como perro de defensaEn el caso del Dogo Argentino, adquiere su máximo sentido la frase "lo cortés no quita lo valiente". Quien identifique perro de defensa con perro hiperagresivo o perro de buen carácter con perro inútil se equivoca totalmente. Los que saben de esto convendrán conmigo que un buen perro de defensa se fundamenta en un sólido instinto de caza, capaz de ser ritualizado y un buen equilibrio psíquico con respuesta adecuada a los estímulos recibidos, todo ello arropado por un físico poderoso y buenas dosis de coraje y tenacidad. Tal parece como si estuviéramos describiendo las aptitudes de un Dogo Argentino ideal.



Como veis, el Dogo Argentino es un perro con muchas caras, a cual más atractiva o espectacular y algunas de ellas por desvelar. Con mi más sincero respeto por todos aquellos que aún siguen interpretando al Dogo Argentino como un perro restringido a su original función cazadora he querido aportar un granito de arena para, una vez más, derribar muros y ampliar horizontes. Animo, de todo corazón, a quienes se interesen por esta imponente raza para que se interioricen y compartan la aventura de la vida de un Dogo Argentino en la seguridad de que verán colmadas todas sus expectativas, sean cuales fueran éstas. Poseer un Dogo Argentino es realmente coronar la cumbre

Verdades y Mentiras sobre la raza


Quizá uno de los grandes problemas de nuestra raza no sólo sea desconocimiento que existe de la misma, sino que más grave es y principalmente el mal conocimiento.


Es muy común escuchar hablar del Dogo Argentino a personas que jamás tuvieron un contacto directo con la raza y sólo lo conocen a través de fotos o comentarios.


A mi como a muchos otros propietarios de un Dogo, mil veces nos ha pasado de cruzamos con alguna persona y escuchar como esta le dice a su hijo/a "¡¡¡cuidado, no lo toques o no te acerques que es un Dogo!!!, o la lamentable frase del "perro asesino". Uno después de unos años, se va acostumbrando a dichos comentarios y en lugar de mirar con bronca a dicha persona, hace de cuenta que no oyó nada y trata de demostrarle a la gente que eso no es cierto. Así suele suceder que muchas de las personas que afirmaban dichas falsedades, al tiempo de conocerlos o de verlos pasear por el barrio, van cambiando de opinión y diciendo que al menos el Dogo que tiene su vecino es cariñoso y de buen carácter.

La realidad de nuestra raza, es que el Dogo Argentino es un perro de carácter equilibrado, compañero y muy dócil con los niños. La principal función para la que fue creado el Dogo Argentino, es para la caza mayor y en especial para la caza de montería. Una de las características de este tipo de caza, es que se lo hace con los perros y a cuchillo, por lo que existe una gran confianza entre el cazador y sus perros. A su vez se lo hace en jaurías, integradas generalmente por cuatro Dogos, por lo que deben tener un carácter equilibrado tanto entre sí como con el cazador.



NO EXISTEN ANMALES "MALOS", SINO MALOS DUEÑOS. RECUERDEN, LA CULPA NO ES DEL CHANCHO, SINO DEL QUE LE DA DE COMER.

lunes, 24 de noviembre de 2008


Razas para llegar al Dogo


Dada la trascendencia que ha adquirido en el mundo la raza Dogo Argentino y la serie de versiones sobre sus orígenes, aptitudes y conformación, se hace necesario, basándose en concretos datos de estricta autenticidad, establecer la total veracidad de aquellas.
Debemos empezar por establecer la verdad histórica, que, pese a estar al alcance fácil de cualquier estudioso, ya que es una de las poquísimas razas que los propios creadores han dejado establecido cada uno de los elementos genético - radicales usados y cuál es la finalidad con que se los incorporó, hay quienes se permiten emitir teorías completamente alejadas de la palpable realidad.



Hoy podemos ofrecer estas límpidas conclusiones los que tuvimos la suerte de abrevar en la fuente creadora y que aunque confiamos plenamente en ella, la podemos ratificar con tareas investigativas atestiguadas por serias personalidades que, de una u otra forma, colaboraron, presenciaron las tareas de cruzamiento y hasta en algunos casos aportaron ejemplares consagrados a efectuar las mestizaciones tendientes a la consecución del objetivo aspirado.
Lo antedicho nos ha conducido a finales del siglo XIX y principios del actual siglo XX en la muy mediterránea argentina provincia de Córdoba donde las costumbres hispanas habían quedado prendidas en diferentes aspectos de la vida y que se reflejaban en el alboroto que producía la rondalla "Juventud de España" al pasar por las calles de la capital, o las romerías destellantes de colores de los mantones o los sones de dulzainas y gaitas llenando los aires de hispánica gracia y si bien no llegaron incorporar a las costumbres las corridas de toros las reemplazaron por la riña de gallos y la más brutal y emotiva pelea de perros.


Tiempos de peleas y apuestas


Fue así que, en oscuros galpones de los suburbios o en las quintas, muchas veces lujosas, donde el derroche del poder en sus diferentes formas se manifestaban en sus respectivas capacidades apostativas, hacían de las riñas caninas el motivo de las reuniones de fin de semana.


Lo antecedente fue motivo para que se criaran y se seleccionaran perros destinados a las cada vez más cruentas peleas.







Se usaron los de razas puras o mestizos y se idearon cruzamientos destinados a aumentar la capacidad pugnativa de los destinados a esas contiendas. De esas combinaciones hubo una fórmula más asiduamente repetida por exitosa. Era la integrada Bull Terriers, Boxers, algunas veces Bulldog Inglés y muy insistentemente unos mastines heredados de los conquistadores españoles y que llegaron a Córdoba en su deambular por las tierras de esta parte de América.


Estos perros resultaban algo así como invencibles en los reñideros de aquellas épocas.


Tenían tamaño y contextura que los hacían respetables ante sus rivales. De una insensibilidad extrema ante los dolores proporcionados por el trámite de aquellas bárbaras confrontaciones. Su valor era tal, que podían llegar al sacrificio de sus vidas antes que ceder en el combate.


Tal llegó a ser su eficacia que se convirtieron en triunfadores exclusivos y como consecuencia la crianza de los peleadores se hizo casi únicamente con estos perros, formándose verdaderas familias y cruzándolos entre ellos hasta formar una verdadera raza a la que se denominó en un principio como "Perro de Pelea Cordobés" y más tarde "Viejo Perro de Pelea Cordobés".




Las peleas y con ellas los perros que aquí evocamos, se hicieron cada vez más populares.
No podría dejarse de tocar el tema en el patriarcal hogar del Dr. Antonio Nores y la señora Isabel Martínez Berrotarán, ya que el jefe de familia además de caballeresco galeno era cazador y cinófilo de alma.



Entre elogios y críticas se desliza han en estas conversaciones, que era lamentable que tanta bravura, tanto coraje y eficiencia para la lucha se derrochara en actos tan inútiles. Además, seguramente llegaría un día en que tales manifestaciones serían prohibidas, como ocurría en otros países y los ruedos quedarían vacíos y tras ellos desaparecerían estos bravo ejemplares.



Tal vez si se lo convirtiera en actores de luchas útiles su bravura sería noblemente considerada y salvado su destino.



Surge la Idea del perro de caza mayor


Este razonamiento quedó prendido en la cabecita del entonces niño homónimo de su padre y cuando llegó a los límites de la adolescencia y regresando de haber presenciado con su hermano Agustín una pelea de los peleadores cordobeses le participó a éste su decisión de transformar el árido luchador en un perro de caza mayor útil, porque su combatividad se emplearía para batir las plagas animales que depredaban el agro, como lo eran el jabalí, el puma, el zorro colorado, algunas otras especies, autóctonas o no, que pululaban sobre todo en lo montes que les servían de refugio.


Desde ese momento los dos hermanos, Antonio y Agustín Nores Martínez, consagraron los momentos que así se lo permitían sus estudios a la elaboración de la nueva raza.



De no ser que adjudico a una ignorancia supina o, al menos, a una falta de información fundamental, calificaría de calumniosa la afirmación de algunos pretendidos mentores de la raza criolla, que arriesgan afirmar que en principio los Nores Martínez quisieron hacer una raza de perro de pelea o querer dudar si fue una decena el número de razas utilizadas para la consecución de ese soberbio cánido de Caza Mayor.


A efectos de reproducir la verdad histórica, aún a riesgo de aparecer ante el lector como reiterador de cuestiones conocidas por los medianamente informados sobre Dogos o caer en el extremado detallismo expondré a continuación los porqués, cómo, con quién y de quién se obtuvieron los elementos constitutivos del sujeto motivo de esta.


Comenzaremos por desvirtuar el infundio de que el primitivo propósito fue el de hacer un perro de pelea.


¿Valía la pena producir mas de lo mismo?



Aunque no existieran, y existen expresas declaraciones de la autoría de la raza, para comprobar que en ningún momento se tuvo ni remotamente aquel objetivo, basta decir que los primeros cruzamientos se hicieron con ejemplares de la raza Pointer y a continuación con Gran Danés, razas ambas ineptas para la finalidad que se pretende imputar. Además, teniendo como base el exitoso peleador cordobés ¿Valía la pena ponerse a trabajar en semejante tarea para producir más de lo mismo?



Por el contrario la propuesta de convertir el impráctico peleador en un útil perro de Caza Mayor destinado a combatir las especies que dañaban el agro, no solo justifica la magnitud del intento, sino también la inclusión de una raza como el Pointer que probablemente dotaría de sus grandes condiciones olfativas al nuevo ser ideado, virtud de la que el usado como base era totalmente carente y que, sin duda alguna sería imprescindible para la futura función de ubicar y perseguir a la salvajina.



Comenzando con el Pointer traído de Francia
El primer Pointer que ingresa en la formación de la raza fue un importado de Francia que el Ingeniero Miguel Arrambide le había obsequiado al padre de los Nores, llamado "Zug de Tregroaz".


La incorporación anterior dio resultado, los cachorros obtenidos comenzaban a tener condiciones olfativas, en vista de ello se insistió con la misma sangre, usando para ello un hijo de "Zug" y de la perra francesa "Hantipe Saint Fargeant" que se llamaba "Champion".
El éxito de la combinación estribó en gran parte que los dos animales importados antes mencionados eran merecidos campeones de estructura y trabajo en su tierra natal.



En Búsqueda de las dotes olfativas



El constante deseo de proporcionar dotes olfativas venteadoras en los sucesivos cruzamientos es que se usan otros Pointer y hasta en la reconstrucción efectuada por Agustín Nores Martínez, nos cupo intermediar en un envío de un ejemplar por parte de Dr. Magnelli Ferrari a Esquel para realizar uno de los últimos cruzamientos en esta segunda etapa que serviría de punto de partida para todos los Dogos Argentinos con pedigree en todo el mundo.


Pero no todo era conseguir un perro valiente capaz de arriesgar su vida en la lucha y poseedor de un gran olfato que le permita detectar la presencia de la presa a distancia y en su encarne. Había que resolver el problema que, una vez ubicada aquella y enfrentada, no habría que darle oportunidad que impusiera su potencia ante un luchador de no mucha talla y peso, que, aun en jauría de cuatro o cinco, estaba muy debajo del peso de un chancho que en oportunidades superaba los doscientos kilos.


En la búsqueda de peso y tamaño y cabeza


En búsqueda de la solución a este problema de tamaño y peso los Nores Martínez recurrieron al servicio de un Gran Danés, el "Ney", también de propiedad de su padre e hijo de una perra de pedigree propiedad de su tío Rogelio Martínez, llamada "Tigresa de Basquerville" y de "Sultán", cuyo propietario, el señor Gastón Degoy era dueño del hotel "Kiosco Parisien" en la localidad de Santa Rosa de Río Primero de la provincia de Córdoba.




Como el problema del tamaño fue una constante para Antonio Nores Martínez y su colaborador hermano se usó en los cruzamientos a "Fox", un gigantesco Gran Danés, hijo de ejemplares importados de Alemania por el que fuera Director del Zoológico de Córdoba, señor Sherer. Este perro era de propiedad de don Carlos Cuadro del Viso, y se lo uso varías veces en el trabajo genético, aún cuando ya Agustín residía en Esquel.




Los Daneses no solo dieron peso tamaño sino que otorgaron cabeza a nuevo espécimen.




Todavía faltaba una poderosa mordida




Otras necesidades acuciaban para conseguir el Cazador Mayor anhelado. Una y principal era obtener la más amplia y poderosa mordida, producto de una correlacionada mandíbula. El encargado de transmitir semejante condición fue el rechoncho y musculoso Dogo de Burdeos, quizá no muy puro, que proporcionó don Nicolás Milkelevich, que en la Falda del Carmen, lugar cercano a Alta Gracia, era encargado de un campo perteneciente al Dr. Antonio Nores (padre).




Si de la pureza de sangre se podía tener algunas dudas, no así de su tipo y de la capacidad de lucha contra los pumas de la que hizo gala reiterativa mente.




Sobre este cruzamiento no se insistió en demasía, pues al creador de la raza no le gustaba la tonalidad amarillenta que transmitía el pelo y que era muy difícil de eliminar.




Sin embargo también se usó un descendiente de ese perro fruto del cruzamiento con una perra Bull Terrier que el mismo Milkelevich proporcionó a los creadores.




El propósito de incluir genes de Irish Wolfhound para incentivar el espíritu de lucha contra las fieras y aumentar el tamaño, no pudo ser cumplido en un principio por un ejemplar puro ya que esos Galgos Irlandeses fueron siempre difíciles de conseguir en nuestro país.







Hubo que recurrir a "Nahuel" que era hijo de una perra pura importada por la señora Alicia Lalor de Parodi Cantilo que con su esposo eran propietarios del hotel Tunkeleng de Bariloche y que habiendo traído la perra de Irlanda y no consiguiendo aquí macho para servirla, resolvieron aparearla con un Danés. Naciendo de dicha unión "Nahuel" y "Don Patricio" que resultaron excelentes cazadores de jabalíes.




Introduciendo Irish Wolfhound Puros




Recién, tiempo después, se usaron en los cruzamientos Irish Wolfhound puros de pedigree, como lo fueron "Max de Wipoomil" y una hembra, importados por ese gran maestro del periodismo que fue Don Natalio Botana, director del legendario diario "Crítica".




Es recién, cuando Agustín Nores Martínez ocupa la Embajada Argentina en Canadá es que a pedido de su hermano Antonio trae a "Gelert of Tipperi" y más tarde a la Campeona Americana y Canadiense "Sheela Alana de Otawa", quienes tuvieron por misión, además de la faz instintiva propia de los perros de caza, el solucionar problemas de perdida de tamaño. Razonable obsesión: la falta de tamaño. Pensar que hay jueces que se pasan queriendo limitar la altura, sin darse cuenta que los creadores de la raza lo que realmente limitaron fue la falta de tamaño y armonía.




El aporte del Mastín de los Pirineos





En el cocktail de razas que se van integrando llegamos a una que acentuará el blanco manto, lo hará adaptable a todos los climas, rústico y fuerte y acentuará tamaño, altura y talla. Nos estamos refiriendo al Mastín de los Pirineos, que hizo su aporte mediante dos ejemplares importados de los Estados Unidos procedentes del criadero de Marjorie Butcher ubicado en Nueva York.



Estos ejemplares, que llevan los números uno y dos del Registro Genealógico del Kennel Club Argentino, están inscriptos con los nombres de "Cote du Neige Pavanne" y "Cote de Neige Pavanne du Nort" respectivamente y que Agustín Nores Martínez llama familiarmente por sus apodos de "Josefina" y "Napoleón". Estos pirenaicos hicieron al Dogo Argentino heredero de las virtudes esperadas, pero también le ligaron sus característicos dedos aberrantes que aún aparecen en algunos ejemplares.


Hemos referenciado sin seguir un orden cronológico algunas de las razas de las que se sirvieron los creadores para conseguir el extraordinario y único perro originario de nuestro país y así reconocido por las instituciones directivas de la cinofilia argentina así como por la Federación Cinológica Internacional, pero para completar el panorama de su formación nos resta referirnos al grupo racístico que integró la unidad fundamental y quienes reingresaron para reasegurar atavismos convenientes. El Perro de Pelea Cordobés se había nutrido de los genes de los Mastines que habían traído los españoles colonizadores, de los Bull Terriers, Boxers y Bulldog Inglés. De estos mismos se creyó conveniente reingresarlos para reforzar algunas de las condiciones loables y que no se querían disminuir o quizá perder definitivamente. Fue así que los Bulldog Inglés que aportaban su cuota de tenacidad y amplitud de pecho se reincorporaron con un perro perteneciente a un señor Brusco, pero cuyo nombre y número de pedigree no pudimos confirmar y otro ejemplar totalmente blanco y que tenia el muy británico nombre de "John Bull" y era de propiedad de Dr. José Arce, quien lo había importado de Inglaterra.


Como dato anecdótico pero valedero para la historia de los Dogos registrados haremos una referencia a un Bulldog de pertenencia de don Benito Demaría a cuya casa de la calle Rafaela de Buenos Aires hubimos de concurrir para usarlo en la reconstrucción de la raza.


Fortificando la Insensibilidad al dolor



Los Bull Terriers fortificaron la aptitud de insensibilidad al dolor, tan necesaria en un combatiente contra los poderosos enemigos que diezman la industria agropecuaria, tuvieron su encargado de transmitir el refuerzo de esos dones por intermedio de "Centauro" de propiedad del Mayor Sebastián Baldasarre y que en 1930 llegó a Córdoba procedente de La Plata. Otro Bull Terrier que insufló las mismas condiciones del anterior fue "Don Quijote de la Mancha" (para los "íntimos" "Don Key") hijo de perros importados de Inglaterra por la familia Martínez de Hoz.

Hubo algunos otros servicios de esta británica raza, pero entre ellos alguno que transmitió su sordera, mal que costo mucho eliminar.



Pese a que la raza Boxer o Bulldog Alemán como se lo denominaba en los principios del siglo XX en Córdoba, no ha sido discutido cointegrante de la fórmula genética del Perro de Pelea Cordobés ni la posterior participación en la formación de nuestro Dogo Argentino, sólo se los recuerda por haber pertenecido a quienes fueron sus propietarios y es así como se menciona a ciencia cierta como la cobertura del perro de los doctores Cafferata o del boxer del que después fuere Vice presidente de la República Argentina, Dr. Enrique Martínez.



Un cocktail de 10 maravillosas razas

Con lo referido hemos puesto en evidencia, con claras evocaciones la evolución que con sacrificio, sapienza, y tenacidad convirtió el perro de Pelea Cordobés en la primera raza argentina, además queda debidamente acreditado que la composición genética es el producto de la conjunción de diez razas, las que enumeramos a continuación indicando la cualidad virtual transmitida y así tenemos que el Perro de Pelea Cordobés legó a sus descendientes combatividad, el Pointer: venteo olfativo, el Gran Danés: tamaño, el Boxer: mansedumbre y vivacidad, el Bull Terrier: insensibilidad al dolor, El Mastín de los Españoles: rusticidad y potencia, el Bulldog Inglés: proporcionó amplitud de pecho y valor, el Dogo de Burdeos: mandíbula contundente, el Irish Wolfhound: instinto de cazador de fieras y el Mastín de los Pirineos: complementaría el cuadro dándole al nuevo ejemplar de Caza Mayor el color blanco y el tamaño, tan necesarios para la función que se dedicaba el cánido que nos ocupa.


Sería pecar de ingenuidad creer que todos los pasos descriptos fueron firmes y sin contratiempos. Muchas fueron las veces que hubo de darse marcha atrás y eliminar lechigadas enteras, pero al final el trabajo tozudo conseguía del éxito buscado.

Mastin español


Los dos hermanos mancomunados en aquel esfuerzo, Antonio Nores Martínez y Agustín Nores Martínez, el primero como ideólogo y el segundo como colaborador y a la postre realizador de la raza deben ser considerados en un pie de igualdad en la autoría del Dogo Argentino, porque si bien primero fue proyecto la realización, los dos trabajaron en ella desde el primer día conjuntamente y el segundo dio las puntadas finales, fue el gran difusor y por fin obtuvo, mediante denodados esfuerzos de toda índole el reconocimiento de la raza por la Federación Cinológica Argentina el 23 de marzo de 1964, la Sociedad Rural Argentina el 20 de Mayo del mismo año y la Federación Cinológica Internacional nueve años más tarde

jueves, 20 de noviembre de 2008

Historia del Dogo

Historia del Dogo Argentino


Esta increible raza define y resume un conjunto de pasiones, pero principalmente es la imagen viva de su creador el Dr. Antonio Nores Martínez.
En la ciudad capital de Córdoba, en la República Argentina, nace el 18 de noviembre de 1908, quien seriá uno de los medicos cirujano mas prestigioso de Sudamérica, pero su nombre fue conocido y famoso por su gran obra: “ El Dogo Argentino”.
Gran amante de la cinofilia y la caza, un tradicionalista incansable, y por sobre toda las cosas un gran científico, vivió de joven con una gran inquietud, lograr resumir y concentrar en una raza, un conjunto de virtudes que veia plasmada en tan incriebles y diferentes perros.

Gran amante de la cinofilia y la caza, un tradicionalista incansable, y por sobre toda las cosas un gran científico, vivió de joven con una gran inquietud, lograr resumir y concentrar en una raza, un conjunto de virtudes que veia plasmada en tan incriebles y diferentes perros.

Es por eso que su obra, tiene esa calidad científica, que mereciera numerosas publicaciones de grandes científicos y genetistas de la época, en donde no se lograba comprender como en tan poco tiempo, una joven raza, tuviera semejante estabilidad genética.
Mucho de su obra quedo por escrito, otra parte se fue con él, ya que es asesinado en la plenitud de su vida, aunque murió como el siempre queria, en el monte y cazando.

Es asi como en el año 1928, ya tenía gran parte de su obra comensada, y con el transcurso de los años, el mismo la presenta como raza en el año 1947, en la provincia de San Luis, poniendo en combate a uno de sus dogos “aña” contra el chancho y el puma.

El ideal de perro que buscaba y logró encontrar Antonio, era un perro de extremada tranquilidad, con gran valentía, resistencia y por sobre todas las cosas que fuera capaz de dar la vida por su dueño.

Dentro de la formación del dogo, sumaron grandes cualidades diferentes razas que en dicha época se usaban tradicionalmente para la pelea de perros, el viejo perro de pelea cordobés, el Bull Dog, el Bull Terrier, y otras de gran capacidad de trabajo como el Mastín de los Pirineos, el Boxer, el Gran Danes, el Irish Worurld Haund, el Pointer...
Esto lo realizó con diferentes familias, para evitar la consanguinidad y lograr eliminar la mayor parte de los caracteres atávicos y fijar lo que el consideraba necesario.

Es así como logra lo que el mismo define “el mas perro de todos los de presa y el de más presa entre todos los perros de todas las razas”
Muerto su creador, su hermano Agustin Nores Martínez, termina de difundir su obra, logrando que la Federacion Cinológica Internacional, la reconozca como raza.


Desde la misma muerte de su creador, la familia ha mantenido sus lineas de sangre, pero con una prioridad que consideramos fundamental para mantener viva cualquier especie, que es la gimnasia funcional.


El dogo a llegado a los rincones más lejanos del mundo, y quien tiene un dogo en algún momento de su vida, termina muriendo con uno, ya que ninguna raza a demostrado las cualidades de el Dogo Argentino, tanto en la compañía, como en la caza.